La aplicación práctica de la perspectiva de género en la intervención social, es una manera de mirar en todos los momentos. Los profesionales debemos interiorizar esta mirada, de forma que pueda guiar nuestras intervenciones con las personas.

La intervención social con las víctimas de la violencia de género, se suele centrar en la mujer y sus hijas e hijos; pero también la actuación con la familia (incluso la extensa) es esencial para que el proceso de evolución se desarrolle con mayor proyección.

Especialmente, en los casos de menores víctimas de violencia de género, resulta muy valiosa la detección, la acogida y valoración, la derivación y coordinación de todos los recursos implicados en la intervención.

Resulta necesario precisar y entender el alcance de la responsabilidad del personal técnico de la intervención social en el abordaje de la violencia de género, que facilite y proteja la toma de decisiones profesionales.

El entorno de las nuevas tecnologías, es uno más en el que se reproduce la desigualdad y la violencia. Parece necesario que, desde la intervención social, se conozcan y manejen estas tecnologías; no solo con el objetivo de detectar necesidades, sino también como una herramienta para prevenir e intervenir, especialmente con adolescentes y jóvenes.